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Tiempo de fanguear en la Albufera
Es tiempo de fanguear en la Albufera, momento de disfrutar del espectáculo de las aves
Cientos de gaviotas reidoras, garcillas bueyeras, garcetas comunes y moritos, aprovechan la estela que dejan las enormes ruedas en forma de jaula de los tractores, tratando de encontrar su alimento en el barro removido (fangueig).
Las elegantes garcetas grandes y las abundantes garzas reales no suelen entrar en estas bulliciosas concentraciones pero no andan lejos.
Los cangrejos americanos son, sin duda, la principal y casi inagotable fuente de alimento para toda esta avifauna.
Tras ellas aprovecharán los campos fangueados miles de limícolas. Bandos de mariposeantes avefrías se desplazan por una enorme área inundada que se extienden alrededor del lago.
Chorlitos dorados, varias especies de correlimos, combatientes, avocetas y algún tempranero andarrios,... aprovechan los invertebrados que viven en el barro antes de que este se seque.
También es tiempo de gaviotas en la Albufera. Reidoras y gaviotas sombrías son sin dudarlo la más numerosas y pueden verse casi en cualquier parte recorriendo los arrozales.
Pero ocultas entre ellas siempre aparece alguna sorpresa. Gavión cabecinegro, gaviota argentea, gaviota cana, gaviota enana o gaviota del Caspio,.. son algunas de esas especies que los "birdwatchers“ locales se afanan en localizar y que comparten a través del noticiario de la web de referencia www.birdingalbufera.com.
Algunas grullas suelen recalar en los arrozales en este tiempo.
Lo hacen en pequeños bandos y solo por algunas horas, pero son visitantes regulares. Como las cigüeñas negras y los amenazados y escasos Avetoros, que son también el objetivo de los guías de birding que trabajan en esta Parque Natural, como Virgilio Beltrán (ACTIO Birding), Yanina Maggiotto (Visit Natura) o Dave Warrington (Valencia Birding).
Abundan asimismo las rapaces en invierno tratando de sacar provecho de tal concentración de aves.
Algunas son abundantes, como los aguiluchos laguneros, que forman dormideros de hasta 300 ejemplares en las matas de carrizo que bordean el lago.
Otras son más escasas, como las águilas pescadora, los halcones peregrinos, los busardos ratoneros o los esmerejones. Todas ellos descienden desde tierras lejanas situadas al norte de Europa.
Un caso especial, según nos cuenta Virgilio Beltrán, lo constituyen las águilas calzadas. Cada año algunas decenas de ellas realizan una migración inversa optando por invernar en la Albufera en lugar de cruzar el estrecho para dirigirse hacia África como hacen muchos de sus congéneres.
Este hecho resulta singular y es un atractivo más para los turistas ornitológicos que nos visitan en esta época del año.
Mención aparte requieren los rosados flamencos.
Yanina Maggiotto asegura que, aunque están presentes durante todo el año en la Albufera, su número se incrementa en invierno hasta alcanzar varios miles de ejemplares, haciendo las delicias de los fotógrafos que visitan este espacio.
Y si a toda esa variedad de aves acuáticas añadimos las que pueden verse en el litoral marino (pardelas baleares y mediterráneas, alcatraces, charranes patinegros, cormoranes moñudos...) y litoral (chorlitejo patinegro, correlimos tridactilos...) la Albufera de Valencia se convierte en un destino de primer orden para el "birdwatching".
No podríamos acabar sin mencionar las espectaculares puestas de sol en este humedal. Si son bellas en cualquier época del año, visitar la Albufera en invierno y esperar a que caiga el sol es una experiencia que recomendamos a cualquier pajarer@ y a cualquiera ante la naturaleza.
Todas las imágenes han sido tomadas por Virgilio Beltrán.