Diversidad de hábitats, diversidad de especies

Sierras interiores

Más del 50% del territorio valenciano está formado por montañas de entre 400 y 1.000 metros (algunas alcanzan los 1.800) con gran variedad de ecosistemas: abundantes pinares, bosques de encinas, riberas, valles cultivados, cañones o sabinares.

Las zonas de montaña son el sitio elegido para reproducirse de águilas culebrera, perdicera y calzada, como también del roquero solitario, collalba negra y el vencejo real.

Las colinas boscosas y los valles de los ríos son las zonas de cría elegidas por la oropéndola, críalo europeo, golondrina dáurica, zarcero común, herrerillo capuchino, curruca rabilarga, torcecuellos y otro de los “favoritos”: el abejaruco.

En las zonas ribereñas y cultivadas, encontramos a oropéndolas, abejarucos, abubillas, autillos, chotacabras, etc. Esta región también destaca por la presencia de anátidas, dependiendo de la época del año podemos observar: malvasía cabeciblanca, pato colorado, cerceta carretona, ánade rabudo y cerceta pardilla.

Incluso se puede encontrar la población más densa de búho real en toda Europa en la sierra de Escalona y dehesa de Campoamor, al sur de la Comunitat Valenciana.

Buitre leonado

 

 

 

 

 

Zonas esteparias

Aunque representa una mínima parte del territorio, la Comunitat Valenciana comparte con la vecina provincia de Albacete algunas zonas esteparias. En las zonas más elevadas se pueden observar especies como el cernícalo primilla, el sisón, el alcaraván, las cogujadas, la avutarda o la ganga ortega. 

Cernícalo primilla

 

 

Litoral

El litoral valenciano cuenta con unos 400 kilómetros de longitud en donde, además de las zonas húmedas, hay espectaculares acantilados, sierras litorales y extensas playas de arena y grava. En estos lugares podemos observar aves marinas (pardela balear, gaviota de Audouin, gaviota picofina, chorlitejo patinegro, etc.) o rapaces en migración.

Chorlitejo patinegro

 

 

Humedales

El litoral valenciano destaca por sus marjales y albuferas. Algunas son de pequeño tamaño y casi colmatadas como el Prat de Cabanes-Torreblanca en Castellón, otras cuentan con gran superficie inundada, como la Albufera de València, e incluso encontramos lagunas salinas como las de la Mata y Torrevieja en Alicante.

La diversidad de aves es muy amplia, durante la primavera y el comienzo del verano, los humedales costeros son el lugar de cría elegido para muchas especies: el morito, el charrán patinegro, el calamón, la canastera, el carricero tordal, el carricerín real o el aguilucho cenizo, entre muchas otras.

Las especies acuáticas deslumbran por la cantidad en que se encuentran: garcilla cangrejera, pagaza piconegra, martinetes, garza imperial, avetoro, avetorillo, garceta grande, sin olvidar al distinguido flamenco.

En los meses de invierno, no sólo son impresionantes las grandes concentraciones de anátidas donde se pueden encontrar especies como la malvasía cabeciblanca, nuestros humedales tienen la fortuna de ser el lugar elegido en esta época por el pechiazul y el acentor alpino.

 

Malvasía cabecinegra

 

 

 

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