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¿Qué aves podemos ver en las montañas valencianas en invierno?
Las cumbres de las montañas valencianas son un territorio espectacular para disfrutar del #birdwatching en la temporada invernal.
La cumbre del Benicadell, situada en el límite provincial entre Valencia y Alicante y que alcanza los 1100 m de altura, es un buen ejemplo de ello.
Sus cielos son propiedad del buitre leonado, y las chovas piquirrojas entonan el "leitmotiv` de las montañas mediterráneas, mientras realizan piruetas junto a sus inmensos cortados.
En su umbría chisporrotea el canto del petirrojo, el "quejido" de la curruca rabilarga y el machacón reclamo del carbonero garrapinos. Además pinzones, mirlos, carboneros comunes, mitos, mosquiteros, currucas cabecinegras y capitotadas,... completaban el coro, con algún reyezuelo y los agateadores compitiendo por entonar las notas más altas.
También las reinas de la montaña, el Águila perdicera y el Águila perdicera, aparecen patrullando las cumbre y posándose en los cantiles rocosos donde los Roqueros solitarios exhiben al sol su plumaje azul y algunos Aviones roqueros aún se dejan ver por su territorio.
Aunque el verdadero protagonista de esta y muchas otras cumbres por encima de los 800 m incluso próximas al mar, es el Acentor alpino.
Si bien sus lugares de reproducción están mucho más al norte (cumbres de Pirineos, Cordillera Cantábrica, Alpes,...) la Comunitat Valenciana acoge un buen número de ejemplares repartidos por toda nuestra geografía cada invierno.
Desde la Mola d'Ares en el interior de Castellón a la cima del Montgó en la costa de Alicante, pasando por las Sierras de Espadán, Calderona o Mariola, por citar solo algunas, es habitual observar a estas aves invernando en las cumbres de nuestro territorio.
Pero volvamos al Benicadell.
Cualquier excursionista que ascienda a esta cumbre podrá disfrutar de la observación de acentores alpinos. Y seguramente descubrirá que algunos portan anillas de lectura a distancia con códigos alfanuméricos.
Os mostramos el historial de alguno de estos pájaros observados el pasado 4 de febrero por Virgilio Beltrán de Actio Birding y Fran Lucha de Oxytours., guías de turismo ornitológico.
Es interesante ver la fidelidad de las aves a la misma cumbre a lo largo de los años, como demuestra las reiteradas observaciones en esa cima de AT8.
Aunque según cuenta Carlos Mompó, los datos que manejan los grupos de anillamiento Grup Reiet - Anillamiento científico de aves y Grupo de anillamiento Pit roig, hay indivduos que vienen regresando a esta cumbre desde que fueron anillados en invierno de 2015.
Este es un ejemplo de la utilidad del #anillamiento científico y de la importancia de la colaboración ciudadana en estas investigaciones y que conocemos como #cienciaciudana
Pero no podemos dejar de mencionar que las montañas valencianas no sólo son pájaros.
Además de muchos otros valores naturales (flora, fauna, geología,...) muchas de nuestras montañas conservan, aunque en ruinas, la memoria de un comercio del hielo que floreció hace 300 años y que perduró hasta finales del S. XIX.
Memoria en forma de, parafraseando a Fran Lucha, “catedrales" de la nieve.
Unos monumentos que bien merecen una parada en nuestros recorridos de birding para su contemplación. Y para imaginar la vida de quienes, durante la "pequeña edad del hielo", las construyeron y trabajaron en ellas.
Imágenes realizadas por Virgilio Beltrán.